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28 junio 2025

Manzanares y su castillo


No podíamos abandonar la Mancha sin dejar de comprar queso de oveja. Nos detuvimos en Manzanares para tomar algo en el castillo Pilas Bonas y así pudimos aprovechar la parada para comprar queso.


En la calle Empedrada está la oficina de turismo y también uno de los establecimientos de venta directa de queso. Me hablaron muy bien de los quesos Cabrera y de El Hidalgo. En uno de ellos, compramos varios quesos, semicurados y curados de oveja. Creo que a ellos les debo los kilos de más con los que volví del viaje.


En Manzanares, encuentras edificios interesantes, varias casas señoriales con patios con columnas y el edificio del Ayuntamiento que mantiene una estructura similar a la del resto de los edificios porticados de la plaza de la Constitución.


Me sorprendió que Manzanares fuera tan grande. Tiene casi 18.000 habitantes. No lo parece desde la carretera. Al estar en un llano, no aprecias su dimensión. 


Aparcamos al lado de la Ermita San Blas, allí hay un parking público que se halla en la plaza de San Blas cerca de la plaza del Castillo. El castillo de Pilas Bonas está en uno de los lados de esa plaza. No es propiamente una fortaleza o castillo defensivo. Fue mandado construir por la Orden de Calatrava para administrar y controlar las tierras ganadas tras la batalla de las Navas de Tolosa. Las únicas disputas eran entre las órdenes militares. Se sabe que en 1239 estas tierras pasan a los calatravos y se conoce este dato porque se firmó un pacto entre las órdenes de Santiago y Calatrava.


El castillo marcaba la frontera entre las tierras conquistadas. Primero se construyó la torre -torre del Homenaje-, murallas y patio central. El resto del edificio, torres y otros elementos arquitectónicos se fueron añadiendo a lo largo de los años. Ahora el castillo de Pilas Bonas es un hotel y tiene un acogedor restaurante. En uno de los lados de la muralla del castillo, el que da a la plaza del Castillo, se adosaron casas utilizando su muro. El castillo está declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Igual que la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción que se halla en la plaza de la Constitución en uno de sus lados y cerca del ayuntamiento de Manzanares.

12 junio 2025

Almagro, el teatro de la vida


Almagro se halla en la comarca del Campo de Calatrava, provincia de Ciudad Real. Su situación geográfica la convierte en una adecuada parada para conocer esta zona. Sin duda es una de las poblaciones más bonitas de esta provincia como también lo es Villanueva de los Infantes, localidad con la que Almagro tiene cierta similitud en el trazado de sus calles y en el diseño de sus palacios renacentistas.  

Las razones para ir a Almagro son muchas y variadas pero para nosotros algunas eran prioritarias. Nuestras preferencias eran conocer su gran plaza Mayor y el Corral de las Comedias y estar cerca del Parque Nacional de Tablas de Daimiel.

 


Sin embargo, Almagro es mucho más que su plaza Mayor. Tiene iglesias monumentales como la de San Bartolomé o la de la Madre de Dios, palacios y grandes casas como la de los Oviedo, la Casa de Prior o el Palacio de los Medranos.


Almagro es famosa por disponer de un teatro llamado el Corral de las Comedias. Un edificio que se ha mantenido intacto a lo largo de los años. Se halla en uno de los lados de la Plaza Mayor. Hay que pagar una pequeña entrada para acceder a su interior. Es un edificio con un gran patio central y en tres de sus lados cuenta con galerías para los espectadores y en otro de sus lados, un tablado donde se representan las obras de teatro. Sobre todo hay representaciones teatrales durante el Festival Internacional de Teatro Clásico.


Algo absolutamente prioritario para alojarnos en Almagro era que el hotel tuviera parking. En el centro histórico de Almagro no es posible aparcar. Además, hay muchas calles peatonales lo que complica mucho más el aparcamiento de un vehículo. Así que nos alojamos en el Retiro del Maestre. Un alojamiento sobrio y cómodo, con buenos desayunos que se servían en la última planta del hotel y disponía de parking. Igualmente, era perfecto para pasear por el centro de Almagro. Estaba al lado de la plaza de Fray Fernando Fernández de Córdoba y de la Iglesia de San Bartolomé y solamente a unos pasos de la Plaza Mayor. Un lugar que no deja de sorprender por muchas fotos que hayas visto antes de esta plaza.


La plaza Mayor es un lugar perfecto para tomar un refresco o un café y ver el trasiego de personas que van y vienen por la plaza, epicentro y corazón de la ciudad. En Almagro, comimos de maravilla en el restaurante la Parrilla de San Agustín. Tenía la reserva desde un mes antes. Después, como no podía ser de otra forma, nos tomamos un café en los soportales de la plaza Mayor.
 

En la plaza Mayor, opuesto al edificio del Ayuntamiento, hay un pequeño parque con árboles y palmeras con la estatua ecuestre de don Diego de Almagro, explorador con Pizarro de Perú y Bolivia y fundador de la ciudad de Trujillo en Perú.


Desde Almagro pudimos realizar muchas excursiones. Una de ellas, al atardecer, al Parque Nacional de Tablas de Daimiel. Un lugar relajante y muy recomendable sobre todo si ha llovido y las lagunas están en su plenitud. Por las noches, el frío intenso cubría Almagro y las calles se quedaban desiertas. Las luces de las farolas le daban un aire misterioso y mágico a la ciudad y sobre todo a la gran Plaza Mayor.