La zigzagueante carretera que pasa por el desfiladero de Olvena, conduce hasta la pequeña localidad de Graus. El desfiladero es impresionante, sobre todo cuando llueve, por la multitud de cascadas que se forman gracias a su orografía de altos acantilados rocosos.
Cuando pasamos por la carretera que bordea el embalse de Graus advertimos que, pese a la lluvia, el embalse estaba a menos de la mitad de su capacidad. Aunque, eso sí, el río bajaba con fuerza, lo cual le confería de un intenso color tierra. Seguro que en los Pirineos llovía mucho más. Supongo que el embalse se colma con el deshielo de las nieves de los Pirineos en Primavera, sobre todo, cuando confluyen las aguas del río Ésera y del Isábena
Aparcamos en el centro, fácilmente, porque estábamos fuera de la temporada alta, pero estoy segura que debe ser complicado aparcar allí en otras épocas.
Graus es una población animada, con comercios de todo tipo. Es famosa su “torteta” y su longaniza. Es tan importante y famoso su embutido que existe hasta una feria de “tortetas” (también conocidas como “coquetas”). Embutido típico de la zona conocida como La Franja.
Aparcamos en el centro, fácilmente, porque estábamos fuera de la temporada alta, pero estoy segura que debe ser complicado aparcar allí en otras épocas.
Graus es una población animada, con comercios de todo tipo. Es famosa su “torteta” y su longaniza. Es tan importante y famoso su embutido que existe hasta una feria de “tortetas” (también conocidas como “coquetas”). Embutido típico de la zona conocida como La Franja.
La situación geográfica de Graus, entre los montes de Peña del Morral y Las Forcas y a pie del embalse la hacen muy interesante. Evidentemente, no solo por las muchas excursiones que desde allí se pueden hacer sino también por el paisaje que la rodea, típico del Prepirineo.
La villa ha sido siempre un punto de confluencia territorial e histórica, un punto de encuentro.
Su casco viejo fue declarado Conjunto Histórico en 1975. Por descontado, su centro histórico es el espacio urbano más bonito de Graus.
Si quieres contemplar unas vistas espectaculares debes subir a la basílica de la Virgen de la Peña. Edificio renacentista del siglo XVII, que se halla en la Peña del Morral, aunque sus orígenes fueron románicos y góticos. La Basílica cuenta con un claustro barroco con un mirador al valle y un antiguo hospital que sirvió de residencia a obispos.
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