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04 mayo, 2014

Ibiza en primavera

Visitar Ibiza en primavera es el mejor descubrimiento viajero que he hecho en años.
Nos alojamos en una casa rural del interior de Ibiza, muy cerquita de un pequeño y pacífico pueblo llamado Sant Llorenç de Balàfia. Un lugar frondoso y rodeado de fértiles campos labrados.


Llegaba a Ibiza un poco temerosa, por lo que me pudiera encontrar. Me imaginaba una isla llena de turistas borrachos, playas llenas a rebosar y con una insufrible música altísima a todas horas. No sólo no vi nada de eso sino que, por el contrario, me encontré con un paisaje frondoso y verde, sobre todo al norte de la isla y con playas y calas prácticamente vacías. Hasta se podía pasear plácidamente por el centro histórico de la ciudad de Ibiza, sin darte de bruces con las hordas de turistas típicas del turismo de costa en pleno verano.

  
Fuera de temporada, y en especial en Primavera, el campo ibicenco resplandece intensamente con las distintas tonalidades de verdes de los pinos, las higueras, los almendros y los olivos. Los campos se llenan de infinidad de flores diferentes, entre rojas amapolas. La campiña es, en esta isla, un concierto brillante de color. 



Por toda la isla se han habilitado unos senderos, de mayor o menor dificultad, para realizar diferentes rutas y poder conocer los rincones caminando o en bicicleta. Existen rutas sencillas y otras de mayor dificultad. 


La costa de Ibiza permite grandes excursiones. Fue una experiencia inolvidable conocer y disfrutar del abrupto y también del más tranquilo paisaje costero isleño.  Porque si te gustan las playas, en Ibiza encuentras de todo tipo. Pequeñas calas desiertas, grandes arenales, playas con pinares hasta la arena, calitas pequeñas entre acantilados rojizos. Playas familiares, nudistas, tranquilas y otras más marchosas. Ibiza, en este sentido, lo tiene todo.


De todas formas, me puedo llegar a imaginar la gran ocupación turística que vive la isla en verano. En especial, en los meses de julio y agosto. Uno llega a esta conclusión con facilidad observando los grandes complejos hoteleros de Port de Sant Antoni, Santa Eulària des Riu, Cala Tarida o el Port de Sant Miquel, entre otros. Seguro que existen muchas personas que adoran ese bullicio del verano. Yo, si puedo, escapo de él. 

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