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21 febrero, 2014

Oporto: la emoción infinita


Caía un fuerte aguacero, cuando salimos de nuestro hotel rumbo a Oporto, pero según nos acercábamos a la ciudad iban abriéndose claros entre tantas nubes oscuras.


Dejar las maletas en nuestro nuevo alojamiento y fue parar de golpe de llover. Como hacía muchos días que no veíamos el sol, lo que más nos apetecía era pasear por la ciudad sin rumbo fijo. ¡Ese primer día llegamos a caminar más de 14 kilómetros!.


Desde el Jardim São Lázaro, pasando por la praça da Batalha, llegamos hasta la concurrida rua de Santa Catarina (allí mismo se localiza la cafetería más fotografiada de Oporto, el café Majestic). Tras recorrer la calle nos desplazamos hasta la espectacular Praça dos Aliados. Una plaza rectangular y grande que recuerda un poco a esas grandes plazas francesas. La praça dos Aliados es una de mis preferidas, con la pequeña praça Carlos Alberto. No obstante, no podría decir cuál de las dos me gusta más, las dos me gustan mucho. No tienen nada que ver una con la otra. Aliados es una gran plaza cosmopolita con un cierto aire afrancesado y burgués, la plaza de Carlos Alberto es lo contrario, una plaza pequeña y recogida, con edificios típicos portugueses de mosaicos de colores.


En la praça Carlos Alberto comienza la animada rua da Cedofeita. Merece la pena dar una vuelta por allí, porque todo está muy cerca: el Jardim de la Cordoaria, la Torre dos Clérigos o A Igreja da Nossa Senhora do Carmo. Ya que estábamos por la zona, nos acercamos a ver la Librería Lello e irmão, pero casi no se podía entrar de tantos turistas, de diferentes países, que había dentro.


Paramos a tomar un café, en una de mis cafeterías preferidas, el Guarany Café. Después seguimos el paseo. 
Esta ciudad siempre proporciona pequeñas sorpresas, de pronto te topas con alguna de ellas sin darte apenas cuenta.


Sobre todo, nos impresionó la monumentalidad del centro histórico de Oporto. Monumental, pero a escala humana y eso todavía la hace más apetecible. Es un gustazo, desde luego, recorrer las calles de Oporto sin una ruta preestablecida. La bella arquitectura de la ciudad nos deparaba una sorpresa tras otra.


Era emocionante ver tantos bellos edificios tan cerca unos de otros, pero nos desconcentró, el abandono aparente de algunas de las construcciones más bonitas. Debe ser muy complicado y costoso restaurar un conjunto arquitectónico tan grande y espectacular. Porque no sólo es interesante y bonita su arquitectura religiosa o civil (como la estación de São Bento), sino que cualquier edificio del centro es una pequeña obra de arte. De hecho, se aprecia a simple vista que las casas están semi abandonadas y las que se han restaurado se usan como trasteros de tiendas o como oficinas o sólo como alojamientos turísticos.


Seguimos nuestro recorrido por la orilla del Douro hasta la Foz do Douro. La puesta de sol fue memorable, sobre todo por las altísimas olas que chocaban contra el faro y creaban una atmósfera mágica.

14 febrero, 2014

Aveiro y sus canales

La ciudad de Aveiro se halla en plena Ría de Aveiro. La influencia de esta ría se extiende de norte a sur a lo largo de casi 50 kilómetros de costa. Está edificada sobre un gran humedal, en la desembocadura del río Vouga. 


Un entramado de carreteras conducen a las playas cercanas de Aveiro: Praia da Barra, Praia da Costa Nova, Praia de s. Jacinto, Praia de Mira y Praia de Tocha. Hacia el sur un gran arenal atlántico, el de la Mata Nacional das Dunas de Quiaios.


Aveiro está canalizada al estilo de Venecia. De ahí su fama de Venecia portuguesa. La ciudad no es muy grande y el centro histórico se puede recorrer tranquilamente a pie porque es una localidad plana con pocas pendientes. 


Los canales de Aveiro son navegables y se pueden recorrer a bordo de los llamados Moliceiros (barca tipo góndola) conducidos por los timoneiros (los gondoleros).


Nuestro recorrido por la ciudad comenzó por la plaza del Ayuntamiento, siguiendo hasta la praça do Marques de Pombal y de allí al Parque de Santo António

 
La ciudad alberga grandes espacios ajardinados como el parque de Santa Joana, el Jardim do Rossio y el Jardim do Alboi

El centro histórico conserva una notable cantidad de casas con los típicos azulejos portugueses. Son casas muy coloristas y divertidas. 


Retrocedimos en nuestro recorrido por un entramado de calles estrechas hasta la rua do Clube dos Galitos. Cruzamos el canal Central y nos dirigimos hasta la plaza do Mercado o Praça do Peixe.


Retornamos al canal Central, porque allí se encuentra el centro vital de la ciudad.

Cerca en la rua de Viana do Castelo, el hotel Arcada da un toque señorial al entorno. Así como todos los edificios Art Nouveu que se hallan a lo largo del canal Central y alrededor de la Praça de Rossio. 


La oficina de Turismo se ubica en un antiguo y bonito edificio rodeado de otras construcciones Art Noveau. Existen edificios muy interesantes por los alrededores del canal Central tales como la Casa de Rossio, la Casa dos Ovos Moles o la Antiga Capitania do Porto de Aveiro.

No hemos estado en Venecia y, por tanto, no podemos comparar pero nos pareció un lugar muy agradable, con interesantes edificios y grandes zonas públicas.

07 febrero, 2014

São Pedro do Sul

Desde Vista Alegre -Raiva- nos dirigimos a Vale Cambra, primero tuvimos que ir por la N222 hasta coger la A32 y pasar por las afueras de esa población hasta acceder a la N227 que atraviesa una buena parte de la Serra da Arada y de la Serra do Arestal. 

El trayecto de la N227 atraviesa pequeñas villas como la de Junqueira, Vila Cova, Campo de Arca o Santa Cruz da Trapa. Finalmente, alcanzamos nuestro destino: São Pedro do Sul.


La lluvia fue disminuyendo en intensidad, hasta que al llegar a São Pedro do Sul el sol asomó timidamente de entre las espesas nubes. El día no aclaró del todo pero dejó de llover, que ya era mucho.


El paisaje de Serra da Arada nos dejó impactados, por lo espectacular. De hecho, es uno de los paisajes rurales más bonitos que vimos. Verlo compensa el esfuerzo que supone circular por esa estrecha y sinuosa carretera. Se trata de un paisaje de campiña y monte con altos árboles, sobre todo de robles y pinos, con un lecho esponjoso y verde de musgo acompañado de un sínfin de hierbas, arbustos y sobre todo de helechos. Helechos con una gama de tonalidades que van desde el color tierra hasta el verde brillante.


Como había llovido mucho, desde la misma carretera pudimos contemplar decenas de saltos de agua, cascadas y pequeños riachuelos. Había tal cantidad de agua que la tierra no podía absorberla y se veían grandes áreas encharcadas, sobre todo cerca de río Teixeia.
Tras atravesar esta rica sierra y sus valles, llegamos a São Pedro do Sul. Población no muy grande, pero sí muy famosa por sus aguas termales calientes. Por esa razón, dispone de un montón de alojamientos no sólo en el núcleo de la población, también fuera de ella. Aunque hay muchos más, las mejores críticas se las llevan: Paco de Torre de Figueiredo das Donas, Casa Museu, Hotel Vouga, el Hotel Rural Villa do Banho , Quinta do Pendão y el hotel Inatel.


La fama de sus aguas curativas es ancestral,  de hecho ya eran usadas en época de dominación romana.

Varios balnearios y hoteles facilitan los tratamientos termales. En la villa existen distintas fuentes dónde puede comprobarse que el agua sale ciertamente muy caliente. De todas formas, tras esta fuerte lluvia la atracción principal cuando llegamos allí; era la de ver la crecida del río Vouga a su paso por la villa.



El río Vouga -río que desemboca en Aveiro y recoge en su cauce todas las aguas de las sierras cercanas- pasaba con fuerza y furia.