Kostas, el simpático dueño del alojamiento Kyrimi en Gerolimenas, nos aconsejó ir a Areopolis. Nos dijo que, aunque era la ciudad con más turistas de la zona, merecía la pena pasear por sus concurridas y animadas calles.
Esperamos a que el sol se aplacase un tanto y desde Gerolimenas, en tan solo 20 minutos, nos plantamos en la plaza principal de Areopolis.
Era cierto lo que nos dijo Kostas: la ciudad no defrauda.
En su centro histórico de estrechas calles empedradas se localizan los edificios más emblemáticos, como las casas torres: Kapetanakos, Barelakos o Pikolakis. También las bellísimas iglesias de piedra: Agios Athanasioa, Agia Charalampos, Agios Ioannis, Agios Nikolaos y Agios Triada.
Areopolis es una ciudad de gran importancia histórica para Grecia, porque aquí empezó la guerra de independencia contra la ocupación turca.
Su nombre - Areopolis - proviene de la mitología griega, de Ares dios de la guerra. Le cambiaron el nombre a la ciudad, en 1836, en lugar del anterior, que era un nombre de origen eslavo: Tsimova. Ese mismo año, se le designó como capital y centro administrativo de la zona.
La plaza principal es el centro neurálgico de la ciudad. En su mayoría, los comercios, bares, tabernas, restaurantes y alojamientos se localizan en los alrededores de la plaza o en el casco viejo.
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