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29 marzo, 2013

Moraira


Llegamos a Moraira justo antes del anochecer. Una luna enorme asomaba por la loma del peñon Cap d'Or. A esa hora, se respiraba tranquilidad. La verdadera razón, de esa aparente calma, era que estábamos en temporada baja.


          

Lo que en un principio era una sencilla y pequeña villa marinera que servía de puerto de embarque para las uvas pasas producidas en Teulada se ha transformado en una población grande y completamente orientada hacia el turismo. Este hecho, se debe no sólo al  paso del tiempo, sino también a su proximidad con dos de los núcleos turísticos más importantes de la Costa Blanca como son Jávea y Calpe.

En sus alrededores, se han edificado una gran cantidad de urbanizaciones. Muchas de las cuales, por su localización estratégica, nos impiden contemplar el verdadero paisaje mediterráneo de esa zona.


Hoy en día, el pequeño puerto pesquero se ha convertido en una gran puerto deportivo. Perpendicular al puerto, justo en el frontal marino de la villa, se ha adecuado un sencillo paseo que discurre paralelo al mar. 

En este paseo, se halla el Castillo de Moraira que data del siglo XVIII. Desde aquí, las panorámicas del Peñon de Ifach - silueta de Calpe - son magníficas, sobre todo con la puesta del sol.



Me imagino que esta área geográfica, en los años sesenta y setenta, debía estar poco urbanizada y por lo tanto el paisaje típico mediterráneo debía de primar al del ladrillo actual. 
Los altos acantilados, el campo con olivos y pinadas y el suave clima de la zona han atraído, desde hace muchos años, a un sinfín de extranjeros. Muchos decidieron quedarse a vivir aquí, como el excelente escritor de novelas policíacas, Chester Himes, que a finales de los sesenta se instaló aquí. 


Si quieres alojarte en Moraira puedes hacerlo en el hotel la Sort justo delante del mar, en el hotel Swiss Moraira, en Gema Hotel o en Los Limoneros. Todas son buenas opciones para diferentes economías.

13 marzo, 2013

Playa la Granadella -Cap de la Nau-


El Cap de la Nau o Cabo de la Nao, situado en el municipio de Jávea, es uno de los puntos más orientales de la Península Ibérica. 
Se halla en el extremo sur del Golfo de Valencia. Este punto geográfico es el más cercano a la isla de Ibiza, tan sólo unos 80 km les separan. 
Unos carteles nos indican las áreas protegidas; son las microrreservas de Flora. Desde luego, a mi me parecen insuficientes. 

Todo el litoral costero del Cap de la Nau está formado por altos despeñaderos. Su  altura es considerable. Por temas de seguridad, han construido una serie de vallas de madera y metálicas para poder observar el risco, el cabo y el mar sin peligro.


Desde el Cap de la Nau, por una tortuosa y estrecha carretera, nos dirigimos hacia la playa de la Granadella.
A un lado y al otro de la misma se han construido multitud de urbanizaciones residenciales. Me entristeció ver un paisaje tan hermoso totalmente copado por el ladrillo. 
Me imagino que en esta área hace muchos, muchos años, su paisaje incontaminado debía ser espectacular. Aunque ahora tantas casas y chalets nos impidan verlo.

 

Por una estrecha carretera, con curvas cerradas se llega desde el Cap de la Nau hasta la playa de la Granadella. Es un trayecto corto, porque se localiza muy cerca del Cap de la Nau. 
La playa de la Granadella tiene forma de media luna. Se trata de una playa cerrada, de pequeños guijarros y con altos acantilados a ambos lados de la playa. 


En sus alrededores, se han construido muchas casas residenciales, aunque la mayoría de ellas, se encuentran escondidas entre altos pinos.

02 marzo, 2013

Vall d'Ebo


La Vall d'Ebo es un valle agreste y seco. Castigado por los incendios forestales. Su orografía abrupta crea unos paisajes imponentes. 
Si te alojas por la zona puedes hacer muchas excursiones. Una de ellas a la Cova del Rull. Esta cueva impresionante fue descubierta por pura casualidad, en el 1919, por José Vicente Mengual (el tío Rull, de ahí su nombre) mientras iba de cacería con su perro. 
La cueva está formada por conglomerados calcáreos de millones de años de antigüedad. En ella, se pueden contemplar las sorprendentes estalagmitas y estalactitas que se han formado con el paso de los años.


También, puedes visitar desde este valle el imponente Barranc de l'Infern. Es conveniente que para realizar todo el trayecto, de principio a fin, se contrate los servicios de un guía de la zona, porque es un desfiladero complicado de hacer, sobre todo, para las personas que no estén acostumbrados a hacer senderismo.


El río Ebo o río Girona (se le conoce por los dos nombres) cruza todo el valle. Es un río que en alguna época de año puede estar seco, porque su caudal depende mucho de las lluvias, del caudal de manantiales subterráneos y del deshielo de la nieve en invierno. 

Nosotros vimos el río totalmente seco, pero nos dijeron que cuando llueve en abundancia y sobre todo en la primavera, el río lleva  un buen caudal.