Por la playa la gente camina, pesca, escarba la arena en busca de almejas, utiliza la playa como carretera secundaria y los ves pasar en bici, a caballo o con moto.
Más tarde, te encuentras con los vendedores ambulantes, que aparecen en la playa como por arte de magia.
A mí, me duele la espalda al recordar al hombre forzudo que transportaba muchas hamacas en su hombro.
Ese transcurrir de la vida, me parece muy hermoso y si no fuera porque sé que muchas veces las condiciones de vida son duras, me parecería hasta poético.