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27 febrero, 2007

Praga




Fui a Praga cuando aún formaba parte de Checoslovaquia. Un poco después esa zona se convirtió en la República Checa, separándose Eslovaquia.


La primera impresión cuando llegas a la ciudad es la monumentalidad y grandiosidad, tan bien conservada, de sus iglesias, monasterios, cementerios y edificios públicos...


Conserva espacios fascinantes, como las cinco ciudades que conforman la parte histórica de la ciudad: Hradcany, La ciudad Antigua, Mala Strana, La Ciudad Nueva y Josefov.

Los barrios periféricos son muy interesantes. En ellos, los restaurantes eran más económicos y ponían una jarra mayor de cerveza por un precio inferior a los de la zona centro.



Todo es maravilloso, desde la Catedral de San Vito, hasta el Callejón del Orfebre (Zlata ulic Ká).
Espectacular la biblioteca del Monasterio de Strahov.
Algunas iglesias ornamentadas, con dorados barrocos, subyugaban y comprendías observándolas la fascinación y el poder que podían ejercer sobre quien las contemplase, como una sublimación de lo "Perfecto".

1 comentario:

ROADRUNNER dijo...

A casa onde morou Franz Kafka!
Saudações